Cuando de dirigir una empresa se trata, las preguntas que exigen
respuesta parecen interminables: ¿Cómo podemos descubrir los fallos de
nuestra organización? ¿Están las personas que deben estar en cada área?
¿Quién debe responsabilizarse de cada una? Pero sobre todo: ¿qué
deberíamos hacer una vez detectadas las fallas de la organización?
Tomar una decisión equivocada dentro de la empresa siempre tiene
repercusiones, pero en momentos tan complicados como los que vivimos,
puede suponer la diferencia entre subsistir o morir, afirma Verne Harnish, experto consultor en crecimiento de empresas.
A veces los indicadores nos dicen que hay algo que falla, pero debido
a la presión del día a día, la falta de tiempo o simplemente
desconocimiento sobre cómo hacerlo, no somos capaces de encontrar dónde
está el problema, añade.
Bruce Kasanoff y Michael Hinshaw, autores del libro “Clientes Inteligentes, Empresas Torpes”,
detectaron que hay cinco aspectos que determinan cuándo una empresa
opera torpemente, lo que podría ocasionar que esté “cometiendo un
suicidio competitivo”, muchas veces sin detectarlo con oportunidad.