Cuando de dirigir una empresa se trata, las preguntas que exigen respuesta parecen interminables: ¿Cómo podemos descubrir los fallos de nuestra organización? ¿Están las personas que deben estar en cada área? ¿Quién debe responsabilizarse de cada una? Pero sobre todo: ¿qué deberíamos hacer una vez detectadas las fallas de la organización?
Tomar una decisión equivocada dentro de la empresa siempre tiene
repercusiones, pero en momentos tan complicados como los que vivimos,
puede suponer la diferencia entre subsistir o morir, afirma Verne Harnish, experto consultor en crecimiento de empresas.
A veces los indicadores nos dicen que hay algo que falla, pero debido
a la presión del día a día, la falta de tiempo o simplemente
desconocimiento sobre cómo hacerlo, no somos capaces de encontrar dónde
está el problema, añade.
Bruce Kasanoff y Michael Hinshaw, autores del libro “Clientes Inteligentes, Empresas Torpes”,
detectaron que hay cinco aspectos que determinan cuándo una empresa
opera torpemente, lo que podría ocasionar que esté “cometiendo un
suicidio competitivo”, muchas veces sin detectarlo con oportunidad.
1. Actividades en horario rígido. Si el servicio al
cliente y soporte se proporciona sólo a ciertas horas, digamos por
ejemplo, posterior a las 6 pm, la asistencia técnica se cierra.
¿Realmente se justifica que una empresa espere que sus productos se
instalen o utilicen después de las 6 pm?
Este tipo de restricciones desaparecerán siempre y cuando las
empresas adopten cambios radicales conforme a las expectativas y
experiencias el cliente en un servicio que podría ser de 24/7.
2. Cuando no se incentiva la cooperación entre la
administración y sus divisiones. Si se recompensa a gerentes y empleados
para competir unos con otros, es decir, cuando el pago de bonos a unos
pocos empleados busca "mejorar" el rendimiento laboral.
Ello traerá consecuencias no deseadas como ofertas de producto sin
importar cómo interactúen con el cliente, que al no saber de esto podría
resultar molesto encontrarse con call centers o grupos de ventas que
actúan de manera diferente.
3. Olvidar todo lo que sus clientes le dicen. La
mayoría de las empresas obligan a los clientes invertir mucho tiempo en
repetir información básica como nombre, números de cuenta, contraseñas y
más, cada ocasión que realizar transacciones en la web, a través del
teléfono y en persona. Y todo porque sus sitios web no recuerdan lo que
el cliente ha adquirido, lo que hizo, o lo que le interesa. Las empresas
inteligentes saben recordar todo y utilizan su información.
4. Acosar a los clientes con información en línea,
teléfono o correo electrónico. Es cuando en otras palabras, vende al
cliente un bien o servicio que seguramente no le sirve.
Lo mejor que puede hacer es anticiparse a sus necesidades al ofrecer mejores productos con una adecuada información.
Lo mejor que puede hacer es anticiparse a sus necesidades al ofrecer mejores productos con una adecuada información.
5. Vender los mismos productos o servicios básicos a
todos los clientes. La personalización es la opción ideal siempre.
Permite que el cliente personalice ese bien o servicio para satisfacer
sus necesidades.
Puede hacer un producto y diseñarlo de tal manera que los clientes
puedan personalizarlo de manera sustancial. Esto puede describirse
perfectamente cuando los clientes instalan aplicaciones en teléfonos
inteligentes, tabletas y computadoras en general.
Fuente; Autor: José Antonio Ramírez TW:@altonivel
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