Tengo la suerte de participar en un proyecto de Identificación
Geográfica y Denominación de Origen del
Cordero del Centro Mesopotámico conjuntamente con productores, profesionales,
instituciones y otros actores relevantes en la cadena de valor en la zona de La Paz.
Destacaré en primer lugar que es cada uno de estos aspectos:
Indicación geográfica: aquella que identifica un producto como
originario, del territorio de un país, o de una región o localidad de ese
territorio, cuando determinada calidad u
otras características del producto sean atribuibles fundamentalmente
a su origen geográfico
Denominación de Origen: El nombre de una región, provincia,
departamento, distrito, localidad o de un área del territorio nacional
debidamente registrada que sirve para designar un producto originario de ellos y cuyas cualidades
o características se deban exclusiva o esencialmente al medio geográfico,
comprendidos los factores natural es y los factores humanos.
Ejemplos de esto son el Salame de Tandil o el Cordero Patagónico. La obtención de esta “marca” tiene su marco legal en la Ley Ley N°25.966 y la
tramitación se encuentra bajo la órbita del Ministerio de Agricultura de la Nación.
La región que abarca la obtención de un cordero muy similar
entre sí está delimitada desde Goya (Ctes.) hacia el sur hasta llegar a Villaguay,
principalmente por las condiciones de alimentación del animal. Esto hace
necesaria e indispensable la asociación y unión de las personas de distintos
lugares involucrados en el producto.
Volviendo al producto en si mismo, el cordero se encuentra arraigado
en los productores, que más allá de las dificultades, con el precio de la lana
o los robos, continúan produciendo. El
producto tiene un sabor distinto a la degustación por las condiciones de los
pastos y al realizar su alimentación en base al pastaje natural, el modo de
crianza y otros factores naturales y humanos, como la selección de
reproductores. Debemos saber que por ejemplo en la provincia de Buenos Aires
solo tiran al asador el costillar del cordero, ya que el sabor de la carne no
resulta agradable.
Existen hoy muchas dificultades en la región respecto a la
producción, principalmente relacionadas a la comercialización, ya que la faena
debe realizarse a mas de 200
km de los lugares de producción y quienes principalmente
se dedican a los ovinos son pequeños productores que pierden su ganancia en el
flete o el precio acordado con los mataderos, sabiendo además del avance de la
agricultura ha impactado generando la desaparición de muchos rebaños.
Si bien el hábito de degustar cordero al asador, en estofado
u otras preparaciones es muy valorada por la gente de la zona, hoy los
cortes no están disponibles en carnicerías, por lo cual tampoco forma parte de
las cartas de los restaurantes por los inconvenientes que comenté. Próximamente
se espera que comience a operar el llamado “matadero móvil” abordando esta
problemática y se espera que comience a funcionar un matadero para pequeños
animales en San José de Feliciano.
Deseaba compartir esta experiencia, que espero haya
resultado interesante para quienes se tomen el tiempo de leer estas líneas. El
desafío de la obtención de los certificados es un gran objetivo, y entiendo
podrá ser un gran complemento para otras producciones regionales y la actividad
turística.
Gastón Ojeda
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