Los enfoques del desarrollo local y la economía social se han tomado generalmente en forma separada, como caminos paralelos. Especialmente en la actualidad y en países como el nuestro, con altos niveles de informalidad y pobreza, entendemos que ambas visiones y las prácticas que les corresponden pueden y deben ser, fuertemente convergentes. Tanto las estrategias de desarrollo local como de economía social tienen como objetivos principales la generación de fuentes de trabajo e ingresos, la distribución de beneficios y excedentes, la satisfacción de necesidades individuales y colectivas, tendientes al mejoramiento de la calidad de vida de la población. Ambas poseen además como premisas el equilibrio ambiental; la sustentabilidad cultural, en tanto procesos basados en la identidad de la población y el territorio; la sustentabilidad política, es decir, la legitimidad de los procesos democráticos en la toma de decisiones; y la sustentabilidad social, basada en la idea de inclusión.
Estos objetivos convergentes no los colocan en posición de equivalentes. La economía social debe entenderse como una estrategia al interior de los procesos de desarrollo local y regional. Mientras que la economía social hace más hincapié en el asociativismo de las formas de trabajo y en la distribución de excedentes, el desarrollo local pone el acento en el aprovechamiento del potencial de un territorio, lo cual puede realizarse a través de empresas tradicionales, pequeñas o medianas, o de empresas sociales. En este sentido, la economía social es una herramienta válida en el marco de una estrategia más general de desarrollo de un territorio.
Fragmento bibliografico de "APORTES DEL DESARROLLO LOCAL Y LA ECONOMÍA SOCIAL A UNA ESTRATEGIA NACIONAL DE DESARROLLO" de BÁRBARA ALTSCHULER Y ALEJANDRO CASALIS
Material del Curso de Posgrado en Desarrollo Local dictado por el Lic.Daniel Arroyo, a través de la Facultad de Ciencias de la Gestión de la UADER
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